Historia, memoria y recuerdos

Historia, memoria y recuerdos

Haced eso en memoria de mi Lucas 22:19.

La palabra historia tiene su origen en el griego que significa adquirir conocimiento a través de la investigación. Es leer, oír, preguntar, insistir hasta que las informaciones formen un contexto en nuestra mente de algo que pasó o existió. Pasa saber qué es historia hay que mirar hacia atrás, porque las cosas que están delante de nosotros no pasan de expectativas de la vida.

Memoria es la capacidad de retener informaciones. Durante todo el tiempo nuestra mente está siendo bombardeada por innúmeras informaciones. La mayoría de ellas nos viene de forma inconsciente.

Por otro lado, la palabra recuerdo está dividida en dos partes, “re” “de nuevo” + “cordis” “corazón” es decir, permitir que algo vuelva a pasar al corazón.

En este sentido, los recuerdos y la memoria comienzan cuando haya acabado la historia. Ellos no tienen sentido mientras la historia está siendo escrita o vivida. Su utilidad entra en vigor a partir del momento que los hechos fueron concluidos. Es un recurso para mantener vivos los momentos buenos y malos de la vida.

Este trasfondo servirá para dar base a las palabras que siguen.

Jesús en sus últimos momentos con sus discípulos dijo estas palabras; “Haced eso en memoria de mí” Ninguno de nosotros fuimos testigos oculares de los hechos de Jesús. Estamos a muchas generaciones lejos de la época del maestro. Por tanto, no hemos tenido la oportunidad de cosechar informaciones directas de la fuente. Todo lo que tenemos es el conocimiento de la historia de un hombre galileo, hijo de José y María, nascido en Belén, que hizo muchos milagros y maravillas, murió en la cruz y que resucitó al tercer día. La biblia dice en Juan 20:29, bien aventurados aquellos que no vieron y creyeron. Solamente Dios tiene el poder y la soberanía de romper esquemas. Por la obra del Espíritu Santo en nosotros, podemos tener recuerdos formar una memoria y revivir la historia. Jesús dijo; Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Tenemos la responsabilidad de mantener viva y latiente, una historia que no está escrita en tablas de piedra, ni tampoco expuesta como obra de arte en los más importantes museos del mundo, sino escrita en tablas de carne del corazón. “Escucha, pueblo mío, mi ley; Inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca. Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos, Las cuales hemos oído y entendido; Que nuestros padres nos las contaron. No las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera las alabanzas del Señor, Y su poder, y las maravillas que hizo.” Salmos 78:1,4.

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José Dalmo Norberto y su esposa Luiza Norberto, empezaron sirviendo a Dios en el año 1993 en la Iglesia Evangélica “Comunidade Cristã de Ribeirão Preto” en Brasil, seis años más tarde fueron ordenados como pastores de la comunidad. Él fue el responsable del grupo de hombres y ella de las mujeres, un trabajo que hasta hoy ha dejado huellas en la vida de muchas personas. Además, el perfil misionero del matrimonio ofreció la apertura de algunas iglesias en su país de origen. En el año 2011 fueron enviados a Valencia como misioneros, donde se suman al equipo pastoral local para la edificación de la iglesia española.

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